Uno de sus momentos preferidos de la semana son esas tardes de domingo en las que llueve y deciden quedarse en casa, repantingados en el sofá, cada uno a lo suyo. Ella quizá leyendo y él haciendo sus búsquedas por internet. Porque a él le encanta pasar el rato rastreando y rastreando hasta que da con algo que le guste, luego se lo muestra y los dos opinan y mantienen conversaciones que suelen empezar con '¿Te imaginas que...?'
Mientras anda cada uno a lo suyo la música suena de fondo. La banda sonora de alguna película, o el último disco de su cantante preferido, aquel a quien persiguen por Europa cuando está de gira.
A veces ambos están tan abstraídos que permanecen ratos sin hablar. Sobre todo ella, que se centra tanto en lo que lee que, sin darse cuenta, frunce el ceño y en ocasiones parece como si tratara de memorizar cada palabra del texto.
Hasta que de pronto alza la vista y lo descubre observándola. Lo hace con esa sonrisa de bobo que ella tanto adora.